14 abril, 2011
Los triquis son un grupo étnico único. Su cosmovisión gira en torno de la venganza alimentada por la Ley del Talión: Ojo por ojo. Con toda la violencia, la sangre y la muerte que ello trae consigo.
Son un singular pueblo de guerreros. Contrariamente a lo que se cree, los triquis son un pueblo digno, unido, grande, fuerte. Por eso, los triquis son fieles seguidores de la cultura de la muerte.
Pero ésta que es su principal fortaleza y ventaja, se ha convertido al mismo tiempo en su mayor debilidad y desventaja ante el manipuleo de los propios indios ladinos, de los triquis ilustrados.
Estos últimos se han convertido por ambición y complicidad en títeres de los intereses económicos mezquinos, representados por dirigentes políticos genialmente perversos como Heriberto Pazos.
Beto, sin ser triqui ha logrado manipular y lucrar económica y políticamente desde los 70 con el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) al convertir a los Tinujei en carne de cañón.
Apoyado por el populismo socialista del presidente Echeverría, los triquis se organizaron en la década de los 70 del siglo pasado para luchar por democratizar el ejercicio del poder en la zona.
Vender a los triquis la lucha por reivindicar su identidad y tradiciones, y restituirles sus tierras y territorios, así como el respeto a su autonomía, ha sido un gran negocio para Beto Pazos Ortiz.
Tan es así que, entre otras cosas, en 2003 el MULT se convierte en un partido político local, Partido Unidad Popular, a cambio de ser utilizado por José Nelson Murat Casab para derrotar a Gabino.
Algunos dirigentes del MULT consideran esta negociación entre Beto Pazos y Murat una traición y se separan y forman el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI).
Dos años después, el MULT arrebata 30 mil votos a Gabino Cué con Héctor Sánchez, fundador de la COCEI, y en 2006 el MULTI participa en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Hoy, nuevamente, Beto Pazos se apresta a vender al PRI-gobierno supuestamente 70 mil votos que asegura arrebatará a Gabino ya no con Israel de la Cruz, sino con María de los Ángeles Abad.
La vida de los triquis es, pues, una historia de violencia ancestral alimentada por el manipuleo y la traición de Beto Pazos que les ha llevado a una espiral de violencia cada vez mayor y más brutal.
Los triquis viven inmersos en una guerra popular prolongada a grado tal que, sin exageración alguna los miles de muertos de sus diversas comunidades ponen en riesgo su supervivencia.
Además del genocidio que enfrentan, los Tinujei se han convertido en una etnia en franca extinción por los graves índices de desnutrición y alcoholismo, debido a su miseria e ignorancia.
A pesar del permanente baño de sangre triqui no se escuchan las voces de las organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos para evitar que continúen las masacres.
Dónde están las recomendaciones de las Comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos para exigir a los gobiernos federal y estatal frenar la brutal violencia y salvar a los triquis.
Enfermo como está el mayor reto del liderazgo de Beto Pazos es coadyuvar a lograr la paz con justicia y dignidad entre los triquis, en caso contrario, el juicio de la historia será implacable.
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